GENERACIÓN DECAPITADA

Nombre dado por Raúl Andrade a los mayores exponentes del modernismo ecuatoriano como son: Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño, Arturo Borja y Medardo Ángel Silva, su nombre como lo explica Andrade se debe a su estilo de vida bohemio  y principalmente por su trágica y prematura  muerte.

Influenciados por el simbolismo francés, apoyados en sus letras y abrazante inspiración inventaban mundos de ensueños y fantasía, incomprendidos por la sociedad, por buscarse y no encontrase, por ver la juventud como una quimera efímera y el destino del hombre infeliz, preferían vivir en el reino divino y mortal de las drogas.

Estos cuatro poetas cantaban a la muerte su musa inseparable e indomable, era su amante que los esperaba paciente para en un tiempo determinado recogerlos en sus brazos sombríos y conducirlos a su descanso anhelado. Tomaron la elegancia de los románticos pero desecharon la parte moralizante de sus textos para a cambio sugerir ya que su canto limita con el silencio.

Hay que recabar que su poesía no es a plenitud oscura, fatalista, sino como todo ser humano posee la necesidad de amar, estos poetas no podían ser la excepción, cantan al amor, a la mujer amada y también a su patria, a su tierra, que los vio nacer, crecer y por consiguiente sufrir.

Paradójicamente lo trágico de su muerte es una de las causas para  que su obrar e historia sea de lo más divulgada y también criticada. Pero con todo, estos cuatro integrantes casi fantasmales, relegados y quizá vistos por muchos como locos, estuvieron de lo más cuerdos, por lo cual sintieron la fugacidad de la vida, un régimen social  y político asfixiante y desistieron como solo lo hacen los valientes y en este caso tenemos a estos cuatro titanes, que poseyendo una visión melancólica de la realidad, develaron una potencia expresiva, ganándose con ello un sitial  inamovible en la cultura popular ecuatoriana.