Para
caracterizar o acercarnos al modernismo en ecuador empezaremos por una visión
general de la corriente, para con ello enmarcar el sentido del mismo y su posterior desarrollo en el país: El
modernismo se trata de un vasto movimiento; el cual se interesó en la
expresión de lo moderno y sus principales manifestaciones se dieron en el campo
de la poesía, la crítica, el periodismo y el ensayo filosófico.
Los
historiadores y críticos han delimitado el periodo modernista para el Ecuador
entre 1895 y 1930. En estos años surgieron grandes cambios para América latina y para Ecuador,
en el país el auge del comercio en la
exportación de cacao, la expansión hacia lo urbano y el establecimiento de una
educación laica, sin olvidar las guerras civiles entre conservadores y
liberales; produjeron cambios tanto en
el terreno económico y social, todos estos nuevos advenimientos influyeron en la cultura, logrando con ello el contacto
de la sociedad ecuatoriana con las culturas del continente a través de sus
puertos siendo el de mayor importancia el de Guayaquil, despojándose así del anquilosamiento que hasta ese entonces se
vivía en el país, en la cual predominó
la cultura francesa e italiana y
la poesía simbolista fue conocida, consumida y traducida al español.
Los
modernistas ecuatorianos ponderaron lo nuevo y lo moderno por identificación de
sus propias sensibilidades, lenguajes y objetos que le eran ofrecidos por los
más avanzados de la cultura de su tiempo.
El
modernismo ecuatoriano nació en Guayaquil, donde apareció la primera revista
literaria modernista América Modernista 1896, luego llegaría “Guayaquil Artístico” 1898 y el “El Fénix” en 1900. Así el nuevo comienzo del siglo en el
Ecuador era por un lado: un mundo refinado, sexual y exótico proveniente de la
cultura francesa (Baudelaire, Verlaine y Rimbaud), inglesa e italiana; por otro
lado, era un mundo utilitario, agitado, hostil; en definitiva era una sociedad, una sensibilidad y una cultura
nueva, en donde nuestros modernistas expresaron y defendieron sus ideales.
Se suele considerar que el modernismo llegó
tardío a ecuador porque, los poetas ecuatorianos
modernistas nacieron en la década del apogeo del movimiento, y cuando escribieron
sus primeros versos la hoguera ya se había extinguido, es decir el modernismo
se apagaba y nuevas modalidades de hacer literatura reclamaban la atención de
todos.
Muchos
críticos propugnan que mientras el primer libro de Darío denominado AZUL
apareció en 1888, el libro más temprano de nuestro modernismo aparecen años
después de 1910 así: “El Árbol Del Bien Y Del Mal” de Medardo Ángel Silva publicado en 1918 y “El
Laúd Del Valle” de Humberto Fierro publicado en 1919,contrastando con estas
aseveraciones lo que se puede deducir y que es digno de tener en cuenta es que,
los libros publicados por los poetas han sido recopilaciones tardías, que no
registran fielmente el momento mismo de la producción poética; además se puede
atribuir su tardía aparición al ambiente de continuada convulsión política en
las dos décadas del siglo 19, que desemboca en la transformación de mayor
importancia que ha tenido el país: La Revolución Liberal, en donde el
movimiento tuvo escasa oportunidad para penetrar en los círculos de una
juventud atareada por otras preocupaciones.
Podemos citar a César Borja como precursor del
modernismo ecuatoriano el cual recogió su poesía en el libro Flores tardías y joyas ajenas, además este escritor tradujo al español poemas de los franceses:
Baudelaire, Verlaine, Heredia entre otros.
Parte
de la obra de los modernistas ecuatorianos, no se encuentran recogidos en
libros, talvez porque en Ecuador de la época el libro no era el principal
instrumento de divulgación, pero con todos estos antecedentes de la poesía
modernista que hoy podemos deleitar, criticar y valorar poseemos la de genial Generación Decapitada.
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